Será que tengo mala memoria. Ya no te recuerdo. Ni a ti, ni a tu olor ni a
tus besos. Se encuentra borrosa toda nuestra historia. Y cada día que pasa,
cada vez, te recuerdo menos. Y menos queda para yacer inerte en el cementerio.
Así te olvidaré por completo. Te disuelves en decenas de caras, te pierdo entre
unas pocas faldas. Te me escapas entre todas esas manos. Entre labios rojos y
cuerpos desnudos. En vidas ya traspasadas. Te diluyes en el alcohol que ya no
me mata y en aquel ya bebido. En pastillas azules que, por mí, claman a la
genética por un poquito más de tiempo. Te solapan. Te compactan. Te alejan. Y
yo no hago nada. Como siempre. Espero a que tu estatua hacia mí ande, y eso que
está petrificada. Lo que no se me olvida es que un día me quisiste por lo que
era. Ayer, incluso, lo hiciste a pesar de mi pesada etiqueta. Que sabes que no
me representa. Esa que maldigo y oculto. Esa que florece entre rabiosas risas,
entre la envidia, de más de trece. Hoy, qué importa. Mañana serás tú la que no
podrá ni acordarse. Pasado, no quedará ni nuestra sombra.
Gregorio S. Díaz "Borrosa"