Solo pido una pizca de suerte. Un
poco de justicia, que ya va siendo hora. Y que llegue pronto la muerte. Solo pido
una última oportunidad, llena de enjundia, que ir despojando de pétalos de
rosa. Hasta que se acabe, bebérmela, de un trago las noches, poquito a poco los
días de puestas de Sol, carmín y derroches. Solo quiero parar el tiempo,
idealizar a otra y subirla a la barra del bar, para armar, con botellines de
cerveza y esas flores deshojadas, su propio altar. Que ni virgen ni santa, pero
joder, qué más da. Que sea mía y yo de ella por una vez. Que me deje retratar
su silueta a través de papeles que se mojarán y no llegarán a nada. Como mucho
a tinta ilegible llena de lágrimas. Solo quiero un dulce final. Algo de verdad.
Alguien de cristal, para rayar y desgastar hasta el final. Yo prometo no
romperla. Solo quiero a mis muros derribar, a los miedos asustar, esos que
parecen comerme en pesadillas, a mis monstruos matar. Solo quiero todos mis
pecados redimir y remediar. Dejar de pedir perdones a personas que me
olvidaron, aunque al pensarlo duela y cueste. Solo pido piedad, que sigo aquí
encerrado, malherido y derrotado, y nadie de este abismo me salva.
Gregorio S Díaz "Solo pido, solo quiero"