Puedo. Sé que puedo. Que te puedo.
Porque te me derrites cuando quiera y sé que te gustaría verte plasmada en mis
letras. Convertirte en musa de alguien que no te apriete cada noche, sino a
instantes. Que te mire de reojo, con deseo, como si fuera un reproche. Que te
llene de la juventud que a mí me sobra y a ti te falta. Aunque solo sea una
diferencia escasa. Unas nuevas manos que te escriban lo que siempre quisiste
oír en la espalda. Unos labios que no solo besen, sino que también susurren y
pienses en el éxtasis al que llega tu alma. Quítate ese anillo y tu apetito
prohibido sacia. Que yo no voy a querer para siempre, ni nada. Solo estaré por
aquí alguna que otra madrugada. Así que llama. Déjate de leerme y conmigo
habla. Cuando él no esté, yo prometo no faltar. Un par de días, no más. No te
puedes enamorar. Que tú tienes tu vida hecha y yo la mía no quiero estropear.
Gregorio S. Díaz "Te puedo"