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26 de noviembre de 2017

Karen y Moody.

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Mi puta Karen. Eso has sido todo este tiempo, eso estás condenada a ser. Mi jodida Karen. Quien me tiene el corazón cogido por los cojones. A quien deseo, por muchas camas que pruebe, por muchas almohadas que ahueque, por más besos que robe y por más tetas que escale. Mi puta Karen. Y eso que poco tengo del loco de Moody, yo me escondo entre las palabras que digo y las que escribo, pero entiendo lo que siente cuando al llegar la noche, se siente solo ante el vaso de whisky. A ese que por más casas en las que despierte, solo llama casa donde está ella. Quien se mete en líos y no es un cobarde. Que no huye y lucha. Que sigue y sigue. Que pierde y vive perdiendo. Joder no, yo no soy ese tipo. Pero tú si que eres esa Karen. Dándome la vuelta y mandándome a la mierda tantas veces como la he cagado. Teniendo peleas, juicios y fiestas. Colgándome de las piernas de la primera que a mí estuviera atenta. Mintiendo por corridas en otras bocas y por apuestas locas. Yo no soy ese tipo, pero tuve algo de él, un día. Y a ti, Karen, Moody siempre vuelve. Y a mi me falta el valor para llamarte. A mí sí que me importan esos Bill y Batesy. Eres mi jodida Karen, pero yo no soy tu asqueroso y loco Moody. Por eso yo no insisto, por eso tú no vuelves.

Gregorio S. Díaz "Karen y Moody" 


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