No volverán. Nada de lo que fue
volverá. No volverán los años, que pasan inevitables. Esos que hacen que parezca
que fue ayer lo que sucedió en aquellas tardes incontables. No volverán los
cálidos besos, ni los medidos abrazos. No volverán las sonrisas. Ni el temor.
Ni la inocencia de las primeras veces. No volverá el tiempo, que se queda con
todos los recuerdos. No volverá ni tu sombra, que cada día menos se asoma. No
volverán las oscuras golondrinas a anidarme en el pelo. No volverán las
oportunidades perdidas, ni las que, por mi culpa, se fueron. No volverá la
magia de la que pensaba era dueño. No volverán las noches estrelladas, de
alcohol, pintalabios y barras. No volverá esa conciencia despreocupada. Ni las
tardes a solas con las curvas de aquella guitarra. No volverán las noches de
mayo, los atardeceres a la luz de un parque y sus bancos. No volverás a escuchar
aquella canción entre dos, tampoco esa conexión. No volverán las rubias
cervezas, que ya van colando por los esófagos de otros en otras terrazas. No
volverás tú, y no volveré a ser quién era. No volverá lo perdido y, peor aún,
lo que se va perdiendo. No volverán canciones de las que solo la melodía tengo.
No volverán las letras que, harto del papel, en notas reseco. No volverá la
tranquilidad, ni la adolescencia. No volverán las ganas de no hacer la
revolución y hacerte a ti el amor y la maldita guerra. No volverá el tiempo
libre para leer, ni el tiempo ocupado, por el mero hecho de hacer algo. Lo que
de verdad importa no es que nada vuelva del pasado, es que ya no vendrá nada
nuevo. Tampoco usado.
Gregorio S. Díaz "No volverán"