Ese cierto regusto a amargo que
dejan, al amanecer, al despertar, los sueños. Como si al abrir los ojos se fueran,
poco a poco, a un sitio recóndito, del que jamás van a regresar. A partir de letras, solo me queda,
intentarlos rescatar. Era todo desconocido. Hacía frío y te abrazaba, dando tumbos
por aeropuertos y estaciones de metro. Volvíamos, creo, del mapa que durante
los últimos años habíamos recorrido. Volvíamos, ahora estoy seguro, a los
lugares que sí puedo darles forma con la mente. Volvíamos a un hogar caliente,
a una habitación, la mía, completa y rellena de libros y de buena suerte. Toda
ella, aunque parecía la misma, era totalmente diferente. Más viva, más iluminada,
con más porte. Trataba de ordenarla un poco, a la vez que te escuchaba tararear
en la ducha la canción que nos había acompañado durante todo nuestro viaje. Y
entonces llegaste, la línea cruzaste, con el pelo mojado, menos claro, y una sonrisa marcada
al verme. En mi toalla envuelta y… Y te fuiste haciendo más pequeña. Más borrosa.
Menos real y más etérea. Todavía me quedaba por vivir mucho más el momento,
todavía me quedaba por dejarme llevar como me enseñaste aquella tarde de
febrero. Todavía me quedaba por guardar en la memoria aquellos instantes, cada gota
que te recorría el pecho y los hombros hasta el final de tu cuerpo. Todavía tenía
que grabar en el recuerdo el peso del infinito tiempo que duró tu tímido beso.
Todavía me quedaba por agarrarte de la cintura y atraerte, mientras me mirabas,
atenta. Me quedaba, te lo juro, susurrarte al oído que quería a tu lado recorrer
todo el planeta. Todavía me quedaba tanto…que al despertar, fue, como digo, un
trago demasiado amargo. De la realidad real sufrí un puñetazo al despertar. Y
aquí me veo, encajando distintos pedazos de sueños, uniéndolos con el hilo de
las palabras y el recuerdo, intentándolos encajar y ver el puzle perfecto. A
ver si al menos así tengo algo nuestro, aunque solo fuera un sueño. Hoy, que te
escribo, y te recibo, a ver si le dibujamos un quizá a lo no real, a lo que
solo en sueños ha sido.
Gregorio S. Díaz "Todavía me queda"