Si me dejaras, solo si me dejaras.
Si me dejas, pintaría todas las letras que escribo, de colores. Para ver si así
saltan y bailan, entre tus miedos y mis penas, como si al unirse te hicieran un
ramo de flores. Si me dejas, puedo romper el tiempo. Machacar el eje
cronológico que nos ha traído a este ahora y que nos negó la vida en su
momento. Marcar con una ‘x’ todas las casillas en las que he caído por puro
azar, no por gusto ni placer, para no volver a caer. Revertiría todos los días que
pasamos, porque fueron los mismos que, en realidad, nos mataron. Si me dejas, y
hablo en serio, prometo obviarlo. No olvidarlo. Obviarlo. Si me dejas, puedo
contarte todo lo que he aprendido en este lapso en el que he crecido, y en el
que desde el primer instante he estado perdido. Si me dejas, quiero enseñarte
mis manos. Limpias, vacías, a veces llenas. Mis ojos, no mentirosos. Las palabras
más verdaderas. No solo lo que soy, sino cómo me he construido. Si me dejas,
solo si quieres y me dejas, no será el último libro que tengas sobre tu regazo
con tu nombre en la dedicatoria. Si me dejas comer ese eterno helado nuestro de
tu boca, te debo un abrazo de esos que hasta llega a doler el pecho. Si me
dejas…Pero yo también tengo que dejarme. Si yo me dejara llevar, como de
costumbre me has dicho…Si yo te diera la mano o un tímido beso, repentino, en
la cara y en los labios…Si lo hago mientras que te enseño nuestra historia…quizá
siempre te quede en la memoria. Solo así podremos descubrir si solo es una tarde
más, o la primera de todas…
Gregorio S. Díaz "Si me dejas"