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13 de abril de 2018

Postales.

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Envíame postales. De todos y cada uno de los lugares que pises. Da igual que salga esa torre tan alta, ese puente tan antiguo o ese mar tan celeste. No importa que te cojan de la mano en la foto ni que una criatura asome tras tus brazos. Tampoco que pasen quince o veinte años. Mándame una por cada viaje. Envuélveme el aire que te tocará la cara en las letras que escribas. Intenta describirme cómo son otros países, otros climas, otras vidas. Sé corta, pero concisa. Cuéntame lo justo, pero que sea importante. Déjame con ganas de saber más. Despídete con un beso y hasta otra. No te olvides, nunca, en cada viaje, de comprar un postal para mí. Que quiero ver cómo la vida te va consumiendo y tú la vas mordiendo. Que quiero verte crecer, aunque sea a destiempo. Que quiero tener de ti todos esos momentos. Si me las envías, prometo coleccionarlas. Colgaré todas las postales decorando mi cuarto. Escríbeme, también, de vez en cuando. Cartas desfasadas y amarillentas, que pueda leer en los inviernos de nieve, copa y fuego. En las que pueda descifrar todo lo que no nos dijimos. Con las que pueda volverme loco, desquiciado, hasta llorar, borracho, por todo lo que imaginamos. Envíame postales, que no quiero perderte del todo…

Gregorio S. Díaz "Postales"

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