Con la tecnología de Blogger.

14 de septiembre de 2018

Roto.

0 comments
Me has roto. No es que duela como otras veces, pero es que vuelve septiembre y el mismo cuento de siempre. Una vez, en casa esperando un mensaje mientras aquellos dos volvían a los besos. Otra vez, desayuno con ‘nada’ y vino por la noche de despedida. Y ahora…Si yo solo buscaba prometerte el cielo abierto. Solo para nosotros. Miles de mapas en nubes que nos iban a llevar a islas llenas de tesoro. Si me había rendido, portando algo que no soy yo en la mano, pero que pensándolo bien me lo ha dado todo. Que solo quiero que cambie para construir un mejor futuro. Veo que clavadas las letras han quedado. Saltan y estallan, junto a sus melodías, dejándome el pecho lleno de estrellas rojas. De sangre quemada. Ahora estoy más lejos que al principio.  Me has roto. Tú también. Me tenías en las manos y las has apretado. Ahogándome. Quebrando unos huesos, que tienen marcas antiguas de haberse quebrado ya. A mí. Que prometí no romperme. Que dije: nunca más. Nunca más implicación. Nunca más ser vulnerable. Que invertí en escudos, vallas y caretas. Que fui poniendo minas antipersona para que estallaran en la cara de quien mi patio delantero atravesara. A mí. Que me armé hasta los dientes para defenderme de quien quisiera entrar en casa a invadirme. Has abierto mi Caja de Pandora. La tenía sellada para que los espectros que me recorrieron una vez el cuerpo no volvieran a salir. De nuevo, vociferan palabras con sabor a miedo. Señalan inseguridades. Muestran virtudes y defectos, dando vía libre a inferioridades. Todo lo que un día sembraba de dudas el camino y había conseguido vencer. Me has roto. Apostando por mí y a la vez al negro y al rojo. Asegurándote que, si no salía yo, saldría otro. Y yo me lo jugué todo al verde de tus ojos. Perdí. Y ya no tengo nada, a ti tampoco. La banca gana. Era solo un juego aquel ‘nosotros’. Pero me has roto. Por querer: Me dejaría perder, eternamente, en esos nimios combates. No participaría en actos que destruyen la dignidad, tan flagrantes. Prefiero hundirme en el lodo, volver a mi oscuro pozo, que darme de puñetazos o armar el codo. No tengo que pelear por poder cogerte los dedos. Por creer: los besos de Catedral. No son reales. Es solo la magia de la Historia y de sus muros y paredes, que te atrapa y te coge. Te hechiza, hace que vivas y luego te maldice. Me has roto. Y tendré que recomponerme. Y ya van como cuatro veces. Me has roto y me he dejado romper. He querido romperme. He sido yo el que me he roto. 

Gregorio S. Díaz "Roto"

No hay comentarios:

Publicar un comentario