Esa curva. La que se te forma justo
debajo de la nalga, donde empiezan tus piernas. Es todo un mapa donde perderse.
Carreteras que recorrer, moteles donde descansar y gasolineras abandonadas en
las que repostar. Esa línea curva, que marca la casilla de salida. El camino a
una isla desierta, paradisíaca, donde encontrar el tesoro, tras vagar por desiertos
y valles de lágrimas. Esos ojos verdes de
ciencia ficción que, cuando en mí se fijan, iluminan un rostro que tiende
cada vez más a la tragedia, a la oscuridad. Esas manos que queman a otras que
han aprendido a no tocar, tocando. A no sentir. Esos dedos que, sudorosos, se
entrelazan con otros, como si ya hiciéramos el amor antes de beberlo. Mente con
mente. Tan alejadas y a la vez tan conectadas…que puedes leerme, de arriba abajo,
hasta con las luces apagadas. Esos besos, que han tardado todo lo que yo he
desesperado. Dame a pedacitos tu cielo. Dámelo, y no me dejes sordo con tus
besos. Ciego con tus ojos. Roto, si no te tengo. Miras más allá y despedazas lo
que a simple vista exporto. Una etiqueta que pesa, y con la que no puedo. No
tengo más que palabras para ofrecerte. Quizá alguna risa, puede que muchos
besos. Eso es todo.
Gregorio S. Díaz "Eso es todo"