
Y si me equivoqué, como aquella
paloma que se equivocaba, qué pasa. Si ya van más de mil arañazos al tiempo, al
destino y al corazón. Si me equivoqué, ha sido por enésima vez. Solo será otra de
tantas veces por las que me tendré que fustigar y dejar mi espalda en carne
viva. Nuevos recuerdos que recordar, cuando encane lo poco que quede y reste
poco para el final. Para el descanso y la eterna paz. O, quién sabe, lo haré
desde ahora, desde dentro, hasta que pase lo que tenga que pasar. Sé que puede que
no solo me equivocara, fueron más del mil errores los que cometí. Pero no solo
fui yo, quien los plasmó. Quien los cometió. No puedo evitar el dolor del
tiempo, el sí o el no al adiós, cada tres por dos. La incertidumbre del mañana.
De qué será lo mejor. Son solo tres meses repartidos en el año, en los que creo
caer al pozo de la inseguridad. Del que nunca pienso que voy a escapar. Luego
lo hago, más muerte y mejor. Solo necesitaba esa mano para salir antes. No te
quedaste. Te escondiste tras aquellas mentiras piadosas. Todo esto es culpa de
la nostalgia. La memoria y el recuerdo son poderosas máquinas de transformar
los momentos y los sentimientos. Es la magia y maldición del tiempo. Te hace
borrar lo malo y poner en un altar lo bueno. Algún día, al despertar, te harás
una idea de cómo y cuánto luché contra mis mil demonios. Contra todos mis miedos.
Como creí, de verdad, contigo poder combatirlos. Soledad tomará el testigo y
ayudará más. Yo no busco solo el oro. Solo un libro y un beso, lo demás me da
igual.
Gregorio S. Díaz "Si me equivoqué"