
Hace un año era más libre. Más
solitario, con menos historias, independiente. También más alegre. No provocabas
daño. Eras solo una posibilidad futura. Alguien con quien enredarme y descubrir
si me podías dar lo que me faltaba: aire. Para así dejar atrás el mundo de no
tan vírgenes cordobesas en el que había entrado y no sabía salir. Se había inventado
todo un corpus alrededor de mi e iba camino de la procesión de fe más que de
pasión. Hace un año no tenía nada. Una corta barba, un reloj de correa floja y
mala y las cuatro ruedas del coche negro desgastadas. Un poco de dinero en la
cartera y muchas ganas. De enseñar lo que tengo dentro y sale a borbotones:
Historia, vida y amores. De sentir que, al fin, no había por qué frustrar las emociones.
Hace un año conocía otra ciudad desde su noveno piso. Veía la magia con la que
está impregnada y pasa desapercibida. Hace un año caminaba. Compartía besos a la
luz de la noche y a la sombra de una barroca portada. Y de aquello solo queda una
instantánea. Fugaz. Borrosa. Difuminada.
Gregorio S. Díaz "Hace un año"