Aquí dentro solo hay tinta negra,
que tizna, chorrea y se desparrama. Aquí dentro, a decir verdad, todo es negro,
y parece que ya se va extendiendo la mancha más allá de mi pecho. Emponzoña
venas y capilares, ennegreciendo aún más esta fina piel de cartón y papel. Hirviendo
lentamente a quien quiere extirpar a besos lo que es justo y necesario por nacimiento.
Aquí dentro solo hay oscuridad, malos gestos. Lejanos recuerdos que deja el
puto tiempo, la distancia y los miles de hechizos con los que he sido maldito.
Si abro estas manos, solo hay fuego, que quema todo lo que tocan a su paso. En
estos ojos, solo miseria, egoísmo. En estas orejas, solo música que quiere hacer
morir. En esta cabeza, solo tormento. Malas ideas. En este corazón, mucho sufrimiento.
De todo esto deshacerme no puedo. Es intrínseco, inherente a lo que he sido.
Algo que hace que no tenga nada y lo quiera todo. Que lo tenga todo y lo cambie
por nada. Esta tinta negra que me recorre, como sangre, seguirá explotando
noches como esta en paredes y folios en blanco. Volviendo oscura la claridad.
Dejando paso al negro, que todo lo cubrirá. Y lo hará siempre, solitario. Como
condenado. A errar. A vagar. A no tener rumbo. A decir “aquí estoy yo”, en
la mierda más grande de todo este mundo.
Gregorio S. Díaz "Sangre negra"
