Sé exactamente las palabras que
diría si sucediera. Porque ha revoloteado cientos de veces en mi cabeza. Las palabras
que dijimos y las que omitimos, para escribirlas en una vieja libreta. Las
miradas que nos hicieron, los últimos momentos en el que, por un fugaz
instante, al abrazarnos en centésimas de segundos, fuimos. Sé exactamente lo
que te diría. Si vinieras. Si te agarrara. Si más historia te contara y más
química nos acercara. Si decidiera tirar todo por la borda y echarme al mar,
desnudo. Si quisieras cometer una locura, olvidar la distancia que es el
tiempo, y emprender un nuevo rumbo. Sé las palabras que te dedicaría. Después
del éxtasis de tus primeros besos rojos de pícara azul, de tus verdades y mentiras,
de tus sinceros versos y letras no corrompidas. Después de toda
mi labia, indiscreta, desvariada, rota por dar más salidas. De mi boca, que no
se callaría. Sé exactamente las palabras que diría si sucediera. Después de haberme
querido, más que con el alma, más que desde la improbabilidad y los amores
platónicos. Después de haber entrelazados dos cuerpos, lo que jamás ninguno
hubiera imaginado. Lo que solo era fantasía. Sé exactamente lo que te diría,
tras haberte tenido: «No me importaría morir ahora mismo, colgado del oro de tus
manos».