Con la tecnología de Blogger.

31 de mayo de 2025

Cómo contar los años

0 comments

No sé si alguna vez te has preguntado si fue azar o suerte vivir los primeros dos mil. Quizá la época dorada final de lo que tuvo rostro humano y hoy vuelve a ser un monstruo. Los dos mil. No sé si alguna vez te has preguntado por qué contamos los años como los contamos. Dos mil años desde el nacimiento de Jesús. Los griegos se remontaban a las primeras olimpiadas, los romanos a la fundación de la ciudad de las siete colinas. El tiempo es relativo, si me lo preguntas. Pesa y pasa como una losa, siempre lento y siempre deprisa, aunque suene a paradoja. Nosotros no podemos controlarlo, pararlo, atrasarlo o adelantarlo. Solamente somos capaces de contarlo, de ver cómo avanza de forma inexorable y se pierde para no volver nunca más. Toda civilización ha tenido una extraña relación con el tiempo: cada una elige su punto de inicio y va abocada hacia su final. Desde Babilonia a Troya, desde Egipto a Persia. Cada quien cuenta los años desde donde quiere. Yo ya estoy harto de los veintiún siglos y de los mil novecientos noventa y tantos. Yo ya cuento el inicio del tiempo desde que rocé tu piel con mis manos, desde que descubrí un nuevo mundo tras la cortina de agua que se abrió en tu pecho. Cuando enterré en el monte de tus labios mi espada afilada, dejando la banal lucha que mantuve con los fantasmas que me torturaban. Yo ya cuento los años desde el último beso. Desde que no nos vemos. Cuando deje de contar, te advierto, habrá muerto una civilización. La tuya y la mía. Nuestro tiempo.


Gregorio S. Díaz "Cómo contar los años"






No hay comentarios:

Publicar un comentario